miércoles, 21 de abril de 2010

manifiesto a la ciudad de nueva york.

yo vengo de san rosendo a vivir a la ciudad....
Rezo y reze a mil voces.
reze por el viejo que fue el amante de mi chacra , que tomo de mis mil picos como lo fue su labrante.
rezemal en el pasado a mil cantitos con sus deseos malpario y los mios en el vacio osilante de solo talentos sin diamantes.

pero, perro ya paso todo .
de choclo a oro,
como de papa a orate.

como uno estaba al final de mundo.
no sabia . no sabia como era rezar agradeciendo.

Estaba en la cima de un monte en el fin del mundo y fue cuando baje al valle donde me perdi de mis mil y un talentos.


Pero hoy confio a la ciudad , por sus amenazas y fuerzas,
por que ya no hay pueblo alguno que me salve.
que venga que nada la detenga....
nueva tierra lejana del valle, con viento y puerto , intenso oscilante.

le pido y le doy a la ciudad de nueva york un arbol en la esquina de mi barrio, para que se quiebre de bonito y salga un hijo.
confio en la dios ciudad como confio en la seguridad de mi mismo.
le doy , y no le quito y menos juego como los gringos que reciclo , pero sin interes alguno de puntada sin hilo.
siembro con ganas y todo esfuerzo es esfuerzo ya sin esperar alguna recompensa ,
somos heroes de trabajo , de artes sin desprecio, sin miedo a la calle y menos a sus pestes tan humanas.
agradesco sin peras y con peras como ofrenda.
sonrio a falta de un dolar y pongo otro en tu oreja de un aro de mil millones para que te des una recompensa .
valor a la vida de los hombres en tiempos donde el amor es utopico y nueva york en su decadencia bella.

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